La mayor parte de la composición viene ocupada por la presencia de la frondosa copa de un árbol, ubicado sobre un pequeño montículo. La pintura está realizada con trazos rápidos, centrándose poco en el detalle, buscando captar un momento concreto. Si llevamos la vista hacia el cielo, vemos como los tonos anaranjados empiezan a avanzar sobre el azul del cielo, por lo que nos está mostrando el momento del atardecer.