Principio y fin alude al mito cíclico del eterno retorno, la presencia saturnal que destruye la vida y la reintegra en la naturaleza continuando los ciclos vitales.
Principio y fin alude al mito cíclico del eterno retorno, la presencia saturnal que destruye la vida y la reintegra en la naturaleza continuando los ciclos vitales.
Principio y fin alude al mito cíclico del eterno retorno, la presencia saturnal que destruye la vida y la reintegra en la naturaleza continuando los ciclos vitales. La naturaleza sigue un ritmo imperturbable, tendente a la eternidad, que sobrevive al ser humano. Esta obra redunda en lo oscuro del vivir y alude a aquellas incertidumbres existenciales que acechan al hombre y a la mujer a lo largo de su vida. La inmersión directa en el campo de lo metafísico se traduce en una de las obras más oníricas de las realizadas por el pintor. En ella crea un paisaje marino imaginario, sumergido en la oscuridad de la noche, donde cielo, mar y tierra se equilibran para albergar los mundos interiores del artista. Posiblemente, se trate del ejemplo más próximo al surrealismo de entre todas las obras de Lugrís, que a menudo demuestra su conocimiento de la pintura de De Chirico, a la que alude en sus arquitecturas. Sin embargo, en Principio y fin, partiendo de sus propios postulados, crea una composición que recuerda a los paisajes metafísicos de Cadaqués y Figueres realizados por Dalí.