¡Que dolor!

¡Que dolor!

«-Non son ferramentas; son armas que se venden para asesinar»

La escena está situada en un ambiente de ciudad, en el que dos niños se detienen delante del escaparate de una ferretería, donde se observan pistolas y escopetas, en una intención de mostrarnos que están muy al alcance de cualquier persona. En esta época las armas se vendían en las ferreterías. El humor de contrapuestos está presente mediante la dulzura de los niños y la violencia de las armas, representando una ternura amarga. El dibujo de las figuras de los niños está realizado mediante líneas que tienen un ritmo ondulante, con un claro predominio del grafismo. El fondo está realizado con unas líneas mucho más geométricas y esquemáticas, el espectador reconoce perfectamente las figuras de las pistolas y escopetas aunque no estén hechas con gran detallismo, es una simple referencia para entender la escena.