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Cultura digital. La creación de un museo virtual

Teatro, cine, literatura… Desde unos meses atrás, todas las disciplinas artísticas y la actividad cultural se han tenido que adaptar a la nueva realidad que nos ha dejado la pandemia del COVID-19. La imposibilidad de hacer nuestra vida como estábamos acostumbrados nos ha llevado a consumir una gran cantidad de contenido digital, y es gracias a esto que hemos podido seguir manteniendo con vida la cultura.

Esta tendencia llega por supuesto también a las colecciones de arte, que deben buscar vías para que el público pueda seguir teniendo acceso a sus obras. Así pues, desde el inicio del confinamiento el pasado mes de marzo, museos grandes y pequeños, han ayudado de una u otra forma a hacer un poco más amena la espera. Son muchos los centros que han mostrado sus colecciones desde un nuevo punto de vista, nos han invitado a recorrer sus salas de exposiciones en formato virtual o han abierto sus bibliotecas, poniendo a nuestro alcance catálogos y artículos.

Para seguir disfrutando de la Colección ABANCA sin necesidad de salir de casa, se ponen en marcha varias iniciativas. Por una parte, la sección de Visitas Virtuales de nuestra página web te llevará a (re)conocer las exposiciones en las que la colección ha participado recientemente. Podrás volver a disfrutar de exposiciones como Dalí y el surrealismo realizada en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza o Nuevas Lecturas: Diálogos en el tiempo y el lugar en el Museo de León. Todo ello sin levantarte del sofá.

Por otra parte, en el año 2020 se dio a conocer Agalería, un espacio expositivo creado virtualmente por Afundación que se presenta como una innovadora forma de acercarse y conocer el arte y las exposiciones. En él, al igual que en cualquier museo, puedes tener acceso a distintas exposiciones, con la ventaja de poder hacerlo donde y cuando quieras. La creación de este tipo de contenido y espacios virtuales ha supuesto un reto a la hora de renovar los formatos más tradicionales con los que el sector cultural trabajaba habitualmente, sin embargo, estos cambios suponen una serie de ventajas.

La implementación de procesos digitales facilita enormemente la colaboración entre instituciones, permitiendo que sean más fluidas y que no se detengan aún encontrándonos en un momento en el que la movilidad se encuentra tan reducida como este que estamos viviendo. Es por ejemplo el caso de Mirar de nuevo. La mujer contra el tiempo, una de las exposiciones que se puede visitar actualmente en este espacio. En lugar de los habituales movimientos de obra entre sedes, se han solicitado obras de forma virtual a instituciones como pueden ser el Museo de Bellas Artes de Asturias, quien cede su pieza Blonde de Chechu Álava; el bello Lirio Blanco de Georgia O´Keeffe por parte del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. La principal ventaja sería el acceso a colecciones de índole internacional como puede ser el Museo Belvedere de Viena, que participa en la muestra con la obra Träume, de Helene Funke.

También la inclusión de material adicional que complete la experiencia del visitante, como puede ser un mayor acceso a textos y documentación, la elaboración de catálogos virtuales o de didácticas relacionadas con la muestra en cuestión son algunas de las ventajas de estos nuevos formatos.

De cara al futuro, aun con la vuelta de las exposiciones tradicionales, parece que los medios digitales han llegado para quedarse en las instituciones culturales. Y es que es a través de estos nuevos caminos se puede facilitar el acceso a los contenidos que generan los museos, llegar a nuevos públicos o aplicarse a nuevos ámbitos como la educación.